Antes del Covid, las perspectivas del sector aéreo eran claramente optimistas, pero ya sometidas a las “turbulencias” relacionadas con los desajustes climáticos (el sector representa el 4 % de las emisiones de gases de efecto invernadero). Los fabricantes de aviones son conscientes de la urgencia de desarrollar aviones que respondan a esos desafíos.
Ello requiere rupturas tecnológicas: aviones híbridos, de hidrógeno o con energía distribuida con alas sopladas, pequeños aviones autónomos para desplazamientos interurbanos, drones taxis… Esos modelos más virtuosos implican presupuestos de I+D excepcionales, con puestas en servicio previstas para el año 2035. Los poderes públicos tienen la posibilidad de financiar en parte esos programas, a través de estructuras como Onera en Francia.
Mientras tanto, es posible una transición con carburantes de síntesis, a base de hidrógeno descarbonizado y CO2 inyectados en los motores actuales por medio de algunas modificaciones (pero sigue quedando en el aire la cuestión del almacenamiento de esos carburantes a muy bajas temperaturas). La aeronáutica establece partenariados sobre el hidrógeno con los industriales del sector ferroviario y la energía, a la espera de pasar a una nueva era tecnológica.
Gérard Feldzer
Consultor aeronáutico. Presidente de Aviación sin fronteras
Cifras clave
Volumen de negocios de las compañías aéreas en 2020: 328.000 millones de dólares (menos del 60 % comparado con 2019)
Número anual de pasajeros:
- 4.500 millones en 2019.
- 1.800 millones en 2020 (mismo nivel que en 2003).
- 6.000 millones esperados en 2030.
Fuentes : www.iata.org
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