Las posibilidades de movilidad vial se han multiplicado en unos años, con plataformas de uso compartido de automóvil, de alquiler entre particulares, de vehículos en libre servicio. Hiperinformados e hiperconectados, los usuarios se convierten en integradores de ofertas, incluso si esos modos de transporte siguen siendo – afortunadamente – enmarcados por el poder público.
Desde el punto de vista tecnológico, los vehículos autónomos (individuales y colectivos) tienen retraso en el arranque, por motivos de seguridad en carreteras abiertas, así como por su lentitud (su velocidad es inferior a 20 kilómetros/hora). La puesta en circulación de dichos vehículos no me parece al orden del día antes de diez a quince años, fuera de las vías reservadas o zonas privadas.
Por el contrario, el sector de los vehículos sin carbono progresa rápidamente. Los vehículos eléctricos han abierto la vía a flotas de vehículos utilitarios o de transportes públicos que funcionan con hidrógeno, a la espera de las pilas de combustible.
A pesar de la generalización del teletrabajo, los desplazamientos seguirán a niveles comparables a los de antes de los confinamientos sanitarios. Las personas compensan efectivamente sus desplazamientos profesionales con trayectos personales.
Pierre Zembri
Director del laboratorio Ciudad, Movilidad, Transporte (unidad mixta de investigación Escuela de Puentes Paris Tech / Universidad Gustave Eiffel)
Cifras clave
- 88 %: la parte vial en el transporte multimodal en Francia.
- -25 %: el retroceso de las ventas de coches nuevos en Francia en 2020.
- +180 %: las ventas de vehículos eléctricos en Francia en 2020 (es decir, un 9,5 % de partes del mercado).
Fuentes: Transporte y logística de Francia, Argus, Avere France
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